ESCENA III
(Don Juan, la estatua de don Alberto, doña Inés, zombie, fantasma,etc.)
DOÑA INÉS: ¡No! Ven aquí, don Juan; no me dejes sola,
en este cementerio sin fin,
con el fantasma de mi señor padre, y Dios arrestando a Don Alberto
al pie de mi tumba.
FANTASMA: ¡Don Juan!¡ Una mujer, cobarde y infiel no se la merece usted!
DON JUAN: ¡Dios clemente! ¡Doña Inés!
DOÑA INÉS: Fantasmas, desvaneceos:
dejar de intentar cosas malvadas, volveos a vuestros sepulcros pues.
¡Por la voluntad de Dios! No creo que mi amado este creyéndose todo esto, Dios puede decirle la verdad!
tu salvación, al pie de la sepultura.
ZOMBIE: Deje de decir mentiras Doña Inés es hora de que Don Juan sepa la verdad.
DON JUAN: ¡Inés de mi corazón!
DOÑA INÉS: Yo, mi alma he dado por ti
y por ellos no cambies tu opinión sobre mí
y de tu dudosa salvación
Misterio es que en comparación,
no cabe mi creencia,
y solo en la vida más pura,
los justos comprenderán el amor entre mi amado
y mi sepultura.
Cesad, cantos tenebrosos;
(Cesa la música y salmodia.) callad, mortuorias campanas; (Dejan de tocar a muerto.)
ocupad vuestros puestos,
vuestras urnas sepulcrales; (Vuelven los esqueletos a sus tumbas, que se cierran.)
volved a los pedestales.
Don juan, cree a mi persona,
que los justos están presentes. Don Juan, Don Juan mi terrible fatiga le va a pasar cuenta.
ZOMBIE.: ¿Cómo puede ser usted tan mentirosa, Doña Inés?
FANTASMA: El mundo no se merece, no se merece gente así. Ten piedad de tu salvación y quítenos un peso de encima doña Inés.
(Doña Inés cae sobre un lecho de flores. que quedará a la vista, en lugar de su tumba, que desaparece. Don Juan se tira a sus pies llorando por la catástrofe pasada)